Un Gimnasio de Actitudes

Feb 18 / Ana Irene Ricalde
A muchas personas que les preguntamos  entienden de manera intelectual el concepto de “trabajo en equipo”, pero las investigaciones muestran que muy pocos lo practican. Existen alrededor de 256 definiciones de liderazgo: ¿cuál practicas tu cada día? Sabemos que los procesos se hacen para eficientar y optimizar, aunque los procesos difícilmente se siguen. Inclusive ¡sabemos qué nos puede ahorrar grandes cantidades de dinero! Pero no se toman las acciones necesarias para hacerlo día a día. ¿Qué nos impide llevar a cabo aquello que sabemos nos llevará a mejores resultados, mejores relaciones, y mejor calidad de vida? ¿Qué elemento nos está faltando para llevar a cabo las acciones que sabemos nos conducirán a mejorar como seres humanos, como equipo, y como organización? A menudo encontramos personas y grupos que tienen todo para sobresalir: estructura, recursos, habilidades, conocimiento, objetivos claros, apoyo económico, etc., pero por alguna razón no están llegando a los objetivos y no están sobresaliendo como pudieran. Este es un problema que nos aqueja a muchos, es algo inherente al ser humano. Tenemos muchos recursos a nuestro alcance, pero cuando nos toca tomar decisiones y acciones no lo hacemos, y si lo hacemos, a menudo se quedan a medias. Cuando esto sucede, estamos ante una falta de desarrollo de ACTITUD. Es decir, la actitud del máximo desempeño. 
La actitud es un “músculo” que se entrena, los atletas, los grandes empresarios, y los equipos de alto desempeño lo saben, y pueden accesar a este estado emocional, mental y de pensamiento, que los lleva a un nivel de máximo desempeño cada vez que lo necesitan.   Una actitud está formada de tres partes:
1.     Pensamiento: “vamos a hacer que esto suceda ya”, “es cuestión de decidir y accionar”, “es posible realizarlo como equipo” “no pararé hasta lograrlo”, etc.
2.     Estado emocional: excitación, pertenencia, seguridad, ambición, esperanza, etc.
3.     El cuerpo o fisiología: tensión muscular y a la espera de movimiento, atención, hombros erguidos, piernas listas para la acción, incrementa el flujo sanguíneo, y las palpitaciones, entre otros.  

Cuando estas tres partes se juntan y están en el mismo canal, decimos que la persona es 100% congruente, no hay estado de duda ni incertidumbre, y cuando una persona está en este estado, es casi imposible ocultarlo. Sabemos que la persona “hace lo que dice y lo que dice lo hace o lo hará”. No tenemos duda, sabemos que sucederá, y así sucede. Después de practicar constantemente una actitud y las acciones que conlleva, comenzamos a dominarla. Si yo estoy acostumbrado a practicar la actitud de la desidia, lo mas seguro es que en poco tiempo será parte de mi rutina diaria, y si sigo con esta actitud, puede pasar a ser parte de mi vida y hasta de mi mismo. Basta con practicarla un par de semanas y verás que ¡ya cuesta trabajo quitarla! De igual manera sucede con el dar el máximo esfuerzo, con accesar a ese estado de máximo desempeño; es una actitud, que trae acciones y que posteriormente pasa a ser parte de nuestra vida si la practicamos lo suficiente. 

Se dice que un caballo es difícil engañarlo...

Los caballos son excelentes lectores de actitudes, son expertos en leer los estados emocionales así como los estados fisiológicos y corporales. Ellos pueden leer esto a metros de distancia. Es por esto, que al cambiar nuestra actitud, los caballos inmediatamente cambian. Se dice que a un caballo es muy difícil engañarlo, o tenemos la actitud o no la tenemos, ellos no entienden las “medias tintas”.  Cuando un caballo percibe nuestro lenguaje corporal, y reacciona inmediatamente ante este, entonces fácilmente salen a relucir nuestras discrepancias e incongruencias internas. Me doy cuenta de manera consciente, que el mensaje que estoy tratando de mandar no está siendo recibido de la misma manera. Pero si ejercito y practico esa actitud con la intensidad suficiente y la frecuencia necesaria, encontraré que el caballo reacciona cada vez de manera más clara, decidida e inmediata. Curiosamente, quien está siendo más claro y decidido es uno. 

En un equipo de trabajo, por ejemplo, es indispensable saber comunicarse y ser claro. Es absolutamente necesario saber transmitir los mensajes y recibirlos de manera clara. A veces no nos damos cuenta de que no lo estamos haciendo hasta que nos paramos  delante de un caballo. Para alcanzar el alto desempeño se necesita, además, que cada uno de los miembros del equipo sepa accesar a la actitud de máximo desempeño si queremos resultados que estén a la altura de la competencia actual. Los caballos son expertos en enseñarnos y ayudarnos a desarrollar esta actitud a la que pocos tenemos como hábito en la vida diaria y que es indispensable desarrollar para alcanzar lo que nos atrevamos a desear y soñar.¿Qué elemento te falta para alcanzar lo que quieres? ¿Qué te impide ir y luchar por lo que tanto anhelas? Quizás la pieza clave sea la actitud. Veamos que dicen los caballos… 
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