La actitud es un “músculo” que se entrena, los atletas, los grandes empresarios, y los equipos de alto desempeño lo saben, y pueden accesar a este estado emocional, mental y de pensamiento, que los lleva a un nivel de máximo desempeño cada vez que lo necesitan. Una actitud está formada de tres partes:
1. Pensamiento: “vamos a hacer que esto suceda ya”, “es cuestión de decidir y accionar”, “es posible realizarlo como equipo” “no pararé hasta lograrlo”, etc.
2. Estado emocional: excitación, pertenencia, seguridad, ambición, esperanza, etc.
3. El cuerpo o fisiología: tensión muscular y a la espera de movimiento, atención, hombros erguidos, piernas listas para la acción, incrementa el flujo sanguíneo, y las palpitaciones, entre otros.
Cuando estas tres partes se juntan y están en el mismo canal, decimos que la persona es 100% congruente, no hay estado de duda ni incertidumbre, y cuando una persona está en este estado, es casi imposible ocultarlo. Sabemos que la persona “hace lo que dice y lo que dice lo hace o lo hará”. No tenemos duda, sabemos que sucederá, y así sucede. Después de practicar constantemente una actitud y las acciones que conlleva, comenzamos a dominarla. Si yo estoy acostumbrado a practicar la actitud de la desidia, lo mas seguro es que en poco tiempo será parte de mi rutina diaria, y si sigo con esta actitud, puede pasar a ser parte de mi vida y hasta de mi mismo. Basta con practicarla un par de semanas y verás que ¡ya cuesta trabajo quitarla! De igual manera sucede con el dar el máximo esfuerzo, con accesar a ese estado de máximo desempeño; es una actitud, que trae acciones y que posteriormente pasa a ser parte de nuestra vida si la practicamos lo suficiente.
1. Pensamiento: “vamos a hacer que esto suceda ya”, “es cuestión de decidir y accionar”, “es posible realizarlo como equipo” “no pararé hasta lograrlo”, etc.
2. Estado emocional: excitación, pertenencia, seguridad, ambición, esperanza, etc.
3. El cuerpo o fisiología: tensión muscular y a la espera de movimiento, atención, hombros erguidos, piernas listas para la acción, incrementa el flujo sanguíneo, y las palpitaciones, entre otros.
Cuando estas tres partes se juntan y están en el mismo canal, decimos que la persona es 100% congruente, no hay estado de duda ni incertidumbre, y cuando una persona está en este estado, es casi imposible ocultarlo. Sabemos que la persona “hace lo que dice y lo que dice lo hace o lo hará”. No tenemos duda, sabemos que sucederá, y así sucede. Después de practicar constantemente una actitud y las acciones que conlleva, comenzamos a dominarla. Si yo estoy acostumbrado a practicar la actitud de la desidia, lo mas seguro es que en poco tiempo será parte de mi rutina diaria, y si sigo con esta actitud, puede pasar a ser parte de mi vida y hasta de mi mismo. Basta con practicarla un par de semanas y verás que ¡ya cuesta trabajo quitarla! De igual manera sucede con el dar el máximo esfuerzo, con accesar a ese estado de máximo desempeño; es una actitud, que trae acciones y que posteriormente pasa a ser parte de nuestra vida si la practicamos lo suficiente.